viernes, 21 de julio de 2017

Santiago Alonso Buers. Autoentrevista sobre su libro “La fórmula del best-seller” y la industria cultural




Santiago A. Buers


L.M.A.

            Santiago Alonso Buers, graduado en Traducción e Interpretación por la Usal ha publicado crítica literaria en revistas como La esfera cultural y La bolsa de Pipas. Finalista del premio Donbuk 2016, sus relatos han sido recogidos en diversas antologías. Irrumpió en el panorama literario español con su novela 7 visiones, editado por Egarbook en primera edición, pasando el filtro de David Benedicte y obteniendo críticas favorables. Esta es su autoentrevista solicitada:

- ¿Por qué decido publicar mi próximo libro?

            En España se ha hablado mucho de la corrupción de la política y muy poco de la corrupción de la industria cultural, una industria que mueve miles de millones y tiende a enriquecer a quienes menos lo merecen. Los grandes sellos editoriales, las universidades, las revistas científicas de mayor índice de impacto, etc., han estado más interesadas en hacer dinero y obtener privilegios políticos que en el propio avance cultural y científico.

            Si bien es cierto que esto es un secreto a voces, me ha sido muy difícil recabar información al respecto, porque o bien los pocos ensayos que había tuvieron tan poca repercusión que son muy difíciles de encontrar, o bien porque directamente fueron secuestrados y silenciados por grupos como PRISA y el gran oligopolio de la industria científica de nuestro país.


- ¿Por qué, si se trata de un trabajo de investigación, escribo una novela y no un ensayo o un artículo científico?

            Dado a que el buen escritor debe ser capaz de llegar a todos los estratos de lector independientemente de su nivel intelectual, yo he decidido hacer esta denuncia en forma de novela. Creo que a cada época le corresponde su arte y este género es el que mejor llega al gran público; es sin duda el más comercial. Así como series del tipo Narcos consiguen entretener y divertir al mismo tiempo que ilustrar con acontecimientos históricos, yo considero que la buena literatura también puede ser disfrutable y pedagógica al mismo tiempo. En términos de arte lo que importa es el deleite estético.

¿Es el segundo libro el más difícil de escribir?

            Se dice, exagerando, que como todo el mundo tiene una historia, todos podríamos escribir un libro. Entonces creo que realmente se empieza a ser escritor a partir del segundo. Para mí este segundo libro está requiriendo un mayor trabajo e investigación que el anterior, tiene además una trama clara con giros y complicaciones a nivel técnico y estructural que no tenía el anterior. Estoy interesado en la evolución de la narrativa y en la innovación formal.


-¿Qué tiene que saber hacer un buen novelista?

            En primer lugar tiene que tener una cosmovisión, es decir, debe ser capaz de levantar una realidad otra. La literariedad, a diferencia de lo que se piensa la gran mayoría de los bestellerados españoles, no se consigue poniéndote a contar tu vida con vocabulario florido. De hecho, basta con que el lenguaje sea claro y preciso. La estética en novela se consigue si se es capaz de crear una estructura invisible a la que se alude, porque en el arte importa menos lo que se dice que lo que se sugiere. Suele haber calidad literaria en aquellos pasajes que necesitamos volver a leer; posiblemente porque en ellos nos reconozcamos a nosotros mismos. Y en segundo lugar el novelista debe ser capaz de reflejar el drama y la condición humana. Lo que a mí me interesa de los libros podría resumirse en una frase: los protagonistas desean conseguir una cosa y la vida se lo impide, por eso todo lo que no se escriba o bien para avanzar en trama (el ritmo) o bien para profundizar en un personaje (es decir, en el ser humano) sobra.

-¿Por qué digo que la industria cultural favorece a los malos escritores?

            Porque no le interesa la cultura sino el beneficio económico. Solo hay que echar un vistazo a los galardonados con los premios de mayor dotación económica para darse cuenta de que se trata de presentadores de TV, actores, periodístas del corazón, moderadores, etc. O sea, personas que por su repercusión mediática producen ventas, pero que no son novelistas y no han escrito una línea de provecho nunca. A estos hay que sumarles a los supuestos escritores creados artificialmente por el grupo PRISA, elogiados con reseñas exageradas en Babelia o El País, que obviamente pertenecen al mismo monopolio y galardonados con los premios de las editoriales de la casa. ¿ De verdad que hay alguien que sepa leer en España que haya sido capaz de terminar una novela de Juan José Millás o Juan Luis Cebrián?

Para resumirlo en pocas palabras: mientras los premios literarios son en otros países un indicador y una garantía de calidad, en nuestro país son exactamente todo lo contrario. Y mientras la crítica tiende a ser en otros sitios objetiva y neutral, en nuestro país dejo de existir hace tiempo.



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