domingo, 26 de marzo de 2017

De vetos y descalificaciones en personas e instituciones por la Policía del Pensamiento



 Cela, retrato por Eusebio Muñoz
Dalí



Julia Sáez-Angulo

            En pocos días me he encontrado con la descalificación y/o veto de dos grandes hombres españoles, que han contribuido con fuerza a nuestra cultura y positiva proyección de España en el exterior: el veto al escritor Premio Nobel Camilo José Cela y al pintor surrealista Salvador Dalí. La policía del pensamiento de determinadas corrientes a babor se encargan sobre todo de ello en una sociedad amedrentada por dicha policía.

            Me pidieron una conferencia para el Ateneo de Madrid, gratis et amore, y propuse un tema en el que he investigado: “Camilo José Cela y las Artes Visuales”. ¡Cela, no! Está vetado, me respondió la persona que me había solicitado la conferencia. ¿Por qué?, pregunté asombrada. Porque es un machista, fue la respuesta más asombrosa todavía. Entonces, ¿Picasso estará también vetado por misógino?, inquirí… Para qué seguir con más explicaciones del diálogo de la persona representante del Ateneo, una institución izquierdista y republicana donde las haya, con mentalidad inquisidora sobre su ortodoxia y el pensamiento de las grandes figuras que da el país.

            A sensu contrario, me encuentro en una rueda de prensa en el Círculo de Bellas Artes de Madrid sobre la exposición Cela, Literatura y Arte, que tan bien ha comisariado María Toral. Allí pregunté al hijo de Cela, por qué el escritor premio Nobel no había tenido relación con Dalí, como la tuvo con Picasso y Miró. Me dio una contestación lo suficientemente explicativa y de seguido, un directivo del Círculo de Bellas Artes apostilla, sin venir a cuento y de modo despectivo que él se alegraba de que Cela no hubiera tenido relación alguna con Dalí. No supimos por qué.

            ¡Qué pereza de país descalificando siempre a sus mejores!, me comentó una colega a mi lado.

            En este país se descalifica y veta sin argumentos poderosos, ni pudor alguno sobre españoles que han contribuido a la cultura, por los motivos más fútiles triviales y absurdos. Es como si desconocieran la noción más elemental de la condición humana que es la de ser contradictoria. Si Cela o Picasso eran machistas o misóginos, será un aspecto de su biografía que no habrá que ocultar, sino situar en su biografía al lado de su gran obra.

 Son muchos los creadores de cultura: escritores, artistas plásticos, músicos… que han sufrido esa marginación subjetiva y cerril de esas actitudes: desde Picasso a Ramón Gómez de la Serna, Armando Palacios Valdés, Miguel de Molina o García Lorca, por citar unos pocos. Lo lamentable es que esto que se hacía en tiempo de la dictadura se hace hoy, a veces con más inquina, en la democracia. 
           
            Lo más triste de todo esto es que los representantes de las instituciones culturales parafrasean a los políticos de manera paralela ,automática, como agiprops de aquellos, en lo que hacen  y que tiren piedras contra los creadores de cultura que debieran defender en un abanico de 360 grados. Hay mucho que aprender de países más generosos y ecuánimes en este campo. Debieran todos ellos aprender la elemental enseñanza cristiana de que hay que detestar el pecado, pero nunca al pecador. Así seríamos todos más justos, más tolerantes y nos iría mejor.

Menos policía de pensamiento y más creatividad.





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