miércoles, 18 de noviembre de 2015

Finaliza el ciclo La narración serializada, con la intervención de Román Gubern y Estrella de Diego


Coordinado por Manuel Gutiérrez Aragón



L.M.A.

-18 de noviembre de 2015- Con su tercera sesión, hoy finaliza en la Biblioteca Nacional de España el ciclo La narración serializada: historias en televisión.  Intervendrán la ensayista y catedrática de Arte Contemporáneo de la Universidad Complutense, Estrella de Diego, y el especialista en temas cinematográfico-televisivos y presidente de la Academia Española de Historiadores del Cine, Román Gubern.

La primera afirma que “contamos historias para no morirnos, con la falsa esperanza de que, mientras la narración no se termine, la muerte no vendrá a por nosotros. Narramos como método de exorcismo frente a la muerte. Quizás por eso nos fascinan las series televisivas y ahí se halla su poder”.

Según Gubern, “la narración serializada se remonta a los poemas de Homero, a los cuentos de Scherezade, a la novela de folletín y radiofónica y a la narrativa del cine y de los cómics, pero se ha expandido en la televisión con características propias, para fidelizar a su audiencia, a veces con el calificativo popular de culebrón, que sugiere su longitud y sus inflexiones”.

Estrella de Diego es ensayista y catedrática de Arte Contemporáneo en la Universidad Complutense de Madrid. Su investigación se centra en la teoría de género, los estudios visuales y poscoloniales y los orígenes de la Modernidad.

En esta sesión del ciclo, indica, "si como recuerda Foucault,  los dioses envían las desdichas a los mortales para que las cuenten, no es menos cierto que los mortales las cuentan para que las desdichas nunca lleguen a su fin, y que su cumplimiento se sustraiga en la lejanía de las palabras. Contamos historias para no morirnos, con la falsa esperanza de que, mientras la narración no se termine, la muerte no vendrá a por nosotros. Narramos como método de exorcismo frente a la muerte. Quizá por eso nos fascinan las series televisivas, y ahí se halla su enorme poder. Pero ¿es siempre lícito ese poder que ejercen sobre los espectadores? ¿No terminan por ser un lugar de la manipulación?”

Partiendo de dos producciones españolas que han logrado gran éxito de público, Cuéntame y Amar en tiempos revueltos, reflexionará sobre “las series como un lugar de manipulación de la memoria histórica y sus posibles consecuencias en la percepción de los espectadores."

Román Gubern es catedrático emérito de Comunicación Audiovisual en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha trabajado como investigador invitado en el Massachussets Institute of Technology, profesor de la University of Southern California (Los Angeles) y del California Institute of Technology (Pasadena), director del Instituto Cervantes en Roma, presidente de la Asociación Española de Historiadores del Cine, y miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, y del comité de honor de la International Association for Visual Semiotics.

Explica Gubern que “la narración serializada se remonta a los poemas de Homero, a los cuentos de Scherezade, a la novela de folletín y radiofónica y a la narrativa del cine y de los cómics, pero se ha expandido en la televisión con características propias, para fidelizar a su audiencia, a veces con el calificativo popular de culebrón, que sugiere su longitud y sus inflexiones. Alcanzó su madurez en este siglo, gracias a la sofisticación del telling de los guionistas y del showing de los realizadores, en cuyos frondosos colectivos de personajes se dirimieron conflictos de poder y de seducción y que actuaron basándose en la asimetría entre lo conocido por los espectadores y lo conocido por los personajes de la ficción, asimetría que propicia el suspense y/o la sorpresa como elementos de atracción. Estos esquemas se aplicaron a series de base histórica (Cuéntame cómo pasó, Isabel), mítica (Juego de tronos) o terrorífica (The Walking Dead), y, con el apoyo de Internet y de las pantallas móviles y ubicuas, desplazaron al público desde la cinefilia tradicional hacia la actual seriefilia”.





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