domingo, 17 de noviembre de 2013

Leonardo Boff, libro sobre Francisco de Roma y Francisco de Asís


 
 

Julia Sáez-Angulo

 

         Leonardo Boff (Brasil, 1938), ex franciscano y sacerdote suspendido en su función (datos que se omiten en la biografía de solapa), miembro del grupo de la llamada teología de la liberación, ha escrito el libro “Francisco de Roma y Francisco de Asís ¿Una nueva primavera en la Iglesia”, publicado por la editorial Trotta.

         El teólogo, desautorizado por la Santa Sede, quiere parangonar a los dos personajes aludidos en el libro de 117 páginas, escorando los argumentos a s propia sensibilidad y creencia.

         Para Boff no sirve el lema Roma locuta, causa finita, expide sanciones y certificados de excelencia según sus gustos y trayectoria., lo cual resulta un tanto sesgado y un barrer para adentro.

         Cada papa tiene su propio perfil y personalidad y resulta chocante aplaudirlos o censurarlos a la carta, máxime para los creyentes que piensan cómo el Espíritu Santo elige un pontífice para cada momento.

         Muy pronto va a ser canonizados dos papas: Juan XXIII y Juan Pablo II, muy distintos y claves para la Iglesia, en lo que a apertura conciliar y litúrgica tuvo el primero, personaje paternal, y en lo que a ariete del comunismo tuvo el segundo para liberar a europeos del Este, de una ideología y opresión, de la que nunca se ocuparon los teólogos de la liberación, pues más bien se apoyaron en tesis marxistas contrarias a la praxis cristiana.

         El papa Francisco ha hecho una llamada a los pobres, ha mirado con mayor intensidad al tercer mundo y es el papa que el Espíritu Santo ha mando a la Iglesia en estos tiempos, después de un papa, excelente teólogo, al que el propio Francisco le dijo en su primer encuentro: “Gracias por la luz de su pontificado”.

         La encíclica Lumen Dei, Luz de la fe, escrita a cuatro manos por dos papas, emérito y electo, completa la trilogía de las encíclicas anteriores sobre la Caridad y la Esperanza. Por ahí van los tiros y los buenos pastores nunca se alejan del rebaño, “porque hay que oler a oveja” y no a lobo sediento de protagonismo.
     Boff es un teólogo que va por libre y eso interesa sólo relativamente.
 

          

        

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