viernes, 18 de enero de 2013




Marina Llorente, Homenaje a su trayectoria artística en Madrid





Julia Sáez-Angulo

         La pintora segoviana Marina Llorente va recibir un homenaje en la Tertulia Peñaltar de la Casa de Ávila en Madrid, por su trayectoria artística a lo largo de su fecunda carrera profesional. El acto tendrá lugar el jueves, 31 de enero, y en el mismo están convocados numerosos artistas plásticos y visuales.

La directora de la Tertulia, Rosa María Manzanares, la crítica de arte Julia Sáez-Angulo y el director de audiovisuales, Roberto Llorente intervendrán en el acto presidido por Agapito Rodríguez Añel, presidente de la citada Casa de Ávila.

Licenciada en la facultad de Bellas Artes de San Fernando, Marina Llorente Coco (Segovia, 1950) se especializó en Grabado Calcográfico y ha participado en diversos talleres de estampación como el Smitsonian Institute de los Estados Unidos. Su nombre figura en la “Historia del Grabado en España” de Antonio Gallego.

Becaria de la Fundación Juan March, ha colaborado como ilustradora en diversas publicaciones, entre ella la revista “SABER/Leer”. Su dibujo sintético combina muy bien con los campos de color geometrizados en muchos de sus grabados; otros son más abigarrados o barrocos, como el que ilustra el artículo “Los ingleses en China” de la citada revista.


Sobre su obra han escrito diversos autores como la desaparecida poetisa Concha Zardoya (Valparaiso. Chile, 1914 – Madrid, 2004), que le dedicó un texto titulado "Marina Llorente y la sombra".

La pintura de Marina Llorente es de un realismo poético diáfano. Bodegones, flores y floreros son sus géneros preferidos a la hora de utilizar el pigmento sobre el lienzo. La autora busca la expresión viva de los materiales como cerámica, loza o cristal, al igual que los frutos o las flores. También la posición puntual de las flores, sobre todo rosas, en su soledad, alejamiento o deterioro.

Algunas de sus composiciones parecen metáforas del tiempo, especialmente cuando pinta flores marchitas o a punto de deshojarse. La pintora parece querer apresar el tiempo real perecedero en un tiempo artístico más prolongado, haciendo honor al aforismo clásico de que el arte es más prolongado que la vida.





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