viernes, 18 de enero de 2013

“El joven Van Dyck”, exposición prorrogada en el Museo del Prado




L.M.A

Asimismo, el público podrá disfrutar también de la muestra “Trípticos cerrados. De grisalla a color” durante tres meses más ya que se amplía su período de apertura hasta el 1 de abril. Ambas exposiciones cierran la programación expositiva del Museo del año 2012 para dar paso en el mes de marzo a las muestras “El Labrador” y “El trazo español en el British Museum. Dibujos del Renacimiento a Goya”.




        El Museo del Prado, gracias a la generosidad de las entidades y coleccionistas particulares que han aportado obras en préstamo a la misma, prorroga durante casi un mes la exposición “El joven Van Dyck”. La muestra, patrocinada por la Fundación BBVA, se podrá visitar ahora hasta el 31 de marzo. Definida por uno de los biógrafos de Van Dyck, Robin Blake, como de “excelente” en su artículo publicado en el Financial Times el pasado 23 de noviembre, la exposición dedicada a la producción de un jovencísimo Van Dyck es una de las mayores consagradas al artista en el mundo y la primera que se celebra en España dedicada en exclusiva a su pintura y dibujos. Los visitantes podrán disfrutar de las más de noventa pinturas y dibujos que comprenden la exposición, centrada exclusivamente en la obra de juventud del artista flamenco, en concreto el periodo comprendido entre 1615 cuando contaba solamente 16 años –la exposición arranca con su exquisito autorretrato pintado a esta temprana edad- y abarca hasta octubre de 1621, fecha en la que se traslada de Amberes, su ciudad natal, a Italia.

     Durante estos seis años aproximadamente de su periodo en Amberes, hasta la edad de veintidós, Van Dyck había pintado más de 160 cuadros, incluidos retratos y obras de mediano tamaño, pero también más de una treintena de ambiciosas composiciones de gran formato. Su estrecha relación con Rubens, al que sirvió como ayudante, plantea algunos de los interrogantes más atractivos de esta etapa: ¿por qué Van Dyck creó obras intentando parecerse lo más posible a su maestro y, sin embargo, se distanció tanto en otras, otorgando a sus figuras un carácter naturalista alejado de la idealización de Rubens? La exposición responde a estas incógnitas a la vez que demuestra el extraordinario talento precoz del genial artista, que más tarde se convertiría en uno de los retratistas más influyentes de la historia del arte europeo.

        La ampliación del calendario de la exposición de Van Dyck coincide con el de la muestra “Los trípticos cerrados del Museo del Prado. De grisalla a color” hasta el 1 de abril. Se trata de una exposición didáctica que muestra a través de fotografías a tamaño real las imágenes, poco conocidas, que aparecen en los reversos de los trípticos y tablas flamencas que conserva el Prado y que habitualmente se exhiben abiertos. Una ocasión única para conocer lo que esconden estos trípticos de algunas de las obras de primitivos flamencos como los van Eyck, Campin o Weyden.

       Asimismo, el público que visite la exposición encontrará al lado de las fotografías unas cartelas informativas en las que se incluye una imagen del tríptico abierto y la referencia a su ubicación en las salas.




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