viernes, 16 de noviembre de 2012

EXPOSICIÓN

El joven Van Dyck. 20 de noviembre 2012 - 3 de marzo 2013

SALAS A y B EDIFICIO JERÓNIMOS


Comisarios: Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte (hasta 1700) del Museo Nacional del Prado y Friso Lammertse, Conservador del Boijmans van Beuningen Museum, Rotterdam, Países Bajos


Autorretrato
Van Dyck
Óleo sobre tabla, 43 x 32,5 cm
ca. 1615
Viena, Gemäldegalrie der Akademie der bildenen Künste


El Museo del Prado presenta una de las mayores exposiciones de Van Dyck (1599-1641) en el mundo y la primera que se celebra en España dedicada a su pintura y dibujos. La muestra, patrocinada por la Fundación BBVA, será inaugurada el próximo lunes 19 de noviembre por SM la Reina, coincidiendo con la conmemoración del 193 aniversario del Museo.


La exposición, que se abrirá al público el martes, 20 de noviembre, está centrada exclusivamente en la obra de juventud de Van Dyck y abarca a través de más de noventa pinturas y dibujos el periodo comprendido entre 1615, aproximadamente, cuando el artista contaba 15 años de edad, hasta su marcha de Amberes a Italia en 1621. Durante estos seis años de producción temprana, el inquieto y extraordinariamente prolífico Van Dyck había pintado ya unos 160 cuadros, muchos de ellos obras de gran tamaño y ambición creativa, de los que el Prado posee el conjunto más importante.

Antonio Van Dyck forma parte del exiguo número de artistas que a lo largo de la historia han demostrado un sorprendente talento precoz. La exposición arranca con un autorretrato suyo fechado hacia 1615 cuando contaba solamente 15 o 16 años y abarca hasta octubre de 1621, fecha en la que se traslada de Amberes, su ciudad natal, a Italia. 

Durante estos seis años aproximadamente de su periodo en Amberes, hasta la edad de veintidós, Van Dyck había pintado más de 160 cuadros, incluidos retratos y obras de mediano tamaño, pero también más de una treintena de ambiciosas composiciones de gran formato. Su estrecha relación con Rubens, al que sirvió como ayudante, plantea algunos de los interrogantes más atractivos de esta etapa: ¿por qué Van Dyck creó obras intentando parecerse lo más posible a su maestro y, sin embargo, se distanció tanto en otras, otorgando a sus figuras un carácter naturalista alejado de la idealización de Rubens?

Dar sentido a la evolución del joven y a menudo contradictorio pintor, además de poner de manifiesto la extraordinaria calidad de su obra ya en este periodo, es el propósito de esta exposición que incluirá cincuenta y dos pinturas y cuarenta dibujos, un conjunto que evidenciará su precocidad, manifestada no sólo en su gran productividad, sino en la calidad de sus obras. Incluso de no haber pintado más que los cuadros de esta etapa temprana, Van Dyck ocuparía también su sitio como uno de los pintores más importantes del siglo XVII.

Esta es una de las mayores exposiciones que se han dedicado al arte de Van Dyck, la primera que se dedica a su pintura en España, y la primera que se centra en su obra de juventud desde la celebrada en la National Gallery of Canada, en Ottawa, en 1980. El Prado posee la colección más importante que existe de obra temprana de Van Dyck aportando cinco pinturas a la exposición. Al margen del Museo del Prado, las colecciones más importantes de cuadros del joven Van Dyck se encuentran en la Gemäldegalerie de Dresde y el Museo del Hermitage de San Petersburgo. Ambos museos han apoyado el proyecto expositivo con el préstamo de obras (cuatro por parte del museo alemán y dos en el caso del museo ruso).


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