viernes, 1 de julio de 2011

CRISTÓBAL COLÓN. DIFERENCIAS EN LOS ANÁLISIS A HECHOS ACAECIDOS.





Joan Oliver i Torrents



En mí escrito anterior en el blog LA MIRADA ACTUAL, de 1 de junio 2011 CALIFICATIVOS DADOS A CRISTÓBAL COLÓN, comente varios calificativos dados al Almirante con los que no estaba de acuerdo.



Hoy quiero comentar algunas valoraciones o enjuiciamientos de Salvador de Madariaga a unos hechos concretos del Viaje de Descubrimiento. Podría ampliarlo a otros biógrafos cuyos análisis son parecidos, en su visión, a la hora de enjuiciar al Almirante.

Para ver la distinta vara de medir, baste este ejemplo que expondré.


Indicar que admiro la obra de Salvador de Madariaga en Cristóbal Colón. La obra es muy completa e intensa y me ayuda a adquirir conocimientos del nauta.

No enjuicio su saber, su trabajo, su obra. Todo lo contrario, es magnífica. Veo al Almirante con otro color.


Deseo mostrar, con unos hechos concretos, la verdad dada a la personalidad formada, poco a poco, del Almirante. Con la historia fabricada tenemos un personaje paralelo y percibido con perspectiva negativa Se juzgan sus hechos bajo un prisma ya viciado, y, consecuencia de ello, nos encontramos con un hombre de cuna elaborada, naturaleza varia y personalidad hecha al dictado de interesados en el Descubrimiento, de antes y después del mismo.



Veo poca verdad y poca imparcialidad. Por ello, aunque se no gustaran mis comentarios, paso a escribirlos con la única intención de aportar algo de luz en la persona que cambio la historia de nuestro mundo Tierra, Cristóbal Colón.



Sabemos que La Pinta se separo, en una insubordinación de Martín Alonso Pinzón, para explorar la mítica isla de Babeque y hacerse con las riquezas que en ella pudiera encontrar.



Esta huída nos la explica y enjuicia así:



“… decidió tomarse unas vacaciones combinando el placer con el negoció. Como ahora se verá.

Apoyan esta conclusión los cuatro hechos siguientes: a) Martín Alonso se fue a Bebeque, luego a Haiti, o “Cipango” (más tarde conocida por la isla Española), a donde también Colón se dirigía, y por lo tanto, precedió a Colón pero no se separó de él; b) descubrió un río al que dio su nombre, buscando alivió para la represión de su personalidad que Colón le imponía; c) halló mucho oro, lo compró con menudencias según la costumbre “cristiana” y dio la mitad a la tripulación quedándose con la otra mitad para sí: d) envió a Colón varios mensajes, y al no recibir respuesta, se hizo a la vela para salir a su encuentro, siendo así que, llevando la carabela más rápida, podía haberse vuelto a España sin él” (*)


La interpretación y justificación que hace Don Salvador, de la deserción de Martín Alonso Pinzón, no me parece correcta: 1) No eran vacaciones, ni combinación de placer con negocio. Abandonó sus obligaciones sin justificación posible. Fue a coger el oro que un indígena le había informado encontraría en la isla de Bebeque. 2) Se separo de Colón, sin su permiso, que era el único que podía autorizarle. 3) Al descubrir el río le dio su nombre. No tenía potestad para ello. La autoridad máxima era del Almirante y los nombres los ponía él. Peco de orgullo y demostró su no aceptación hacía Colón. Madariaga lo justifica, una vez más, con “buscando alivió para la represión de su personalidad que Colón le imponía”. C. Colón era el Almirante y a Pinzón le correspondía obedecer, no buscar alivió. 4) Halló oro en tierras que no eran suyas quedándose, Martín Alonso Pinzón, la mitad repartiendo la otra parte entre la tripulación. No podía hacerlo. Ninguna fuente oficial lo castigo ni los cronistas se lo han recriminado. Hurto a los RRCC y a Colón. Su intención era quedárselo él y los marineros, por ello el reparto. 5) Al pensar en el regreso se dio cuenta de que no le era posible. No sabía la ruta de vuelta –la de ida no le permitía la vuelta a España- y no le quedó otra opción que regresar junto al nauta, motivo del reagrupamiento. No podía volver a España sin la ruta de Colón, ruta que también inauguro el Almirante.




Continuemos leyendo y comentando:



“después de medio día ventó Leste recio, y mandó subir un marinero al tope del mastel para mirar los bajos, y vido venir la carabela Pinta con Leste a popa” Como no había cerca buen sitio donde surgir, decidió desandar diez leguas atrás. Sin duda se daba cuenta de que era imposible emprender viaje a España sin haber tenido una explicación completa con Martín Alonso. Desde luego, sus temores más graves se habían desvanecido: Martín Alonso no le había hecho traición, ni adelantándose hacia España, ni quedándose en Española para robarle el oro. Se había tomado unas vacaciones y volvía a ponerse bajo la autoridad de su jefe. Con todo, Colón sentía su ánimo lleno de amargos recuerdos y de pasiones fogosas y explosivas.



La escena tuvo lugar en La Niña y parece haber sido tempestuosa. Colón recibió con frialdad las explicaciones de Martín Alonso; rechazó con altivez una oferta de novecientos pesos de oro; declaró nula y no avenida la ocupación del valle que había descubierto Martín Alonso y el nombre de Martín Alonso que había dado al río; y puso en libertad a los cuatro indios y dos indias que Martín Alonso había captado, pues, escribe Colón, “es servicio de vuestras Altezas, asó desta isla en especial como de las otras. Mas aquí donde tienen ya asiento vuestras Altezas, se debe hacer honra y favor a los pueblos, pues que en esta isla hay tanto oro y buenas tierras y especería” (**)



Mí análisis al texto anterior; a) Dice que “Martín Alonso no le había hecho traición”. Abandonar, sin permiso, a Cristóbal Colón y a la saturada tripulación de La Niña

–carabela menos veloz que La Pinta-, en un mundo desconocido y después de haber naufragado y tenido que abandonar la Santa María, no creo que merezca un calificativo menor que traición. Fue una infracción juzgada en las leyes del mar del s. XV y penada con la muerte. Madariaga no ve falta, justifica la huida como una no huida que “ni adelantándose hacia España, ni quedándose en Española para robarle el oro”. Que Madariaga diga que Martín Alonso no le había traicionado confirma que los juicios son del color del cristal con que se mira, y que su color era favorable al marinero de Palos y no a Colón. Martín Alonso Pinzón, una vez huido, se dio cuenta de que no podía tomar ninguna de las decisiones apuntadas, pues el camino de regreso sólo lo sabía Cristóbal Colón.
Martín Alonso, buen marinero, sabía de sus limitaciones y desconocía el regreso a España, lo que le hacía imposible la quedada en La Española o su improbable regreso a España. La codicia en conseguir riquezas, a espaldas de Colón, no le permitió analizar, de antemano, su posible regreso planteándoselo demasiado tarde. Su error ya estaba hecho y sólo cabe un calificativo: traición.
A Colón se le ha culpado de negrero. Martín Alonso Pinzón había captado cuatro indios y dos indias y no he leído que se le acuse de negrero ¿?
La ironía o la demostración del distinto criterio usado a la hora de enjuiciar, llega a un extremo máximo con; “Se había tomado unas vacaciones y volvía a ponerse bajo la autoridad de su jefe”. Con el calificativo dado de “vacaciones”, a la traición, vemos la distinta vara de medir.


Nos dice que Colón “rechazó con altivez una oferta de novecientos pesos de oro”. Colón hizo lo que estaba obligado, el oro era de los RRCC. La altivez la supone el autor. Para mí el intento de arreglo del oro recogido demuestra que fue un robo. El oro conseguido no pertenecía a Martín Alonso ni a los marineros. Era una apropiación indebida que ocasiono un grave desacuerdo entre Colón y el marino que no podía justificar su hurto. Estas situaciones no acaban bien, pues, al sisador, siempre le queda la sensación de culpabilidad propia y enemistad íntima hacía quien descubre su mal hacer. También motivo una total hostilidad entre los marineros y Colón, que les había obligado a devolver el oro dado por Pinzón. Esta hostilidad ayudo en la campaña de “marketing” contra el Almirante.



S. de Madariaga sigue escribiendo:



“…En cuanto al Almirante, como la venganza es un plato que se sirve frío, tuvo la satisfacción de tener que aguardar por La Pinta, que había perdido velocidad por llevar el mástil en mal estado; y así consigna en su diario: “si el capitán della, que Martín Alonso Pinzón, tuviera tanto cuidado de procurarse un mastel en las Indias, donde tantos y tales habia, como fue cudicioso de se apartar dél pensando de hinchir el navio de oro, él lo pusiera bueno” Donde se ve que Colón no se había sacudido el rencor todavía.” (***)



¿Venganza? ¿Rencor? Para mí no es que Colón “no se había sacudido el rencor todavía”. El Almirante hace un análisis certero de la causa que motivo la perdida de velocidad de la nave de Martín Alonso Pinzón; despreocuparse del mástil y seguir su codicia hacía el oro.



El interés en desposeerle de lo acordado, parece motiva que los juicios del hacer de Colón, siempre, le sean desfavorables. A Colón se le enjuicia con la mayor severidad. A otros, en este caso de Martín Alonso – insubordinación, robo de oro, captura indios, etc-, se justifica sin comentario alguno.

¿Crearle una personalidad falsa y hacerlo genovés fue un primer paso para una campaña que lo desposeía de lo que le pertenecía?: Los beneficios acordados con los RRCC y conseguidos con su Descubrimiento.
La historia no ha sido justa con Colón permitiendo que los intereses políticos, económicos y religiosos, fueran contra el hombre que realizó la mayor hazaña de la humanidad.


Comparemos la benevolencia hacia Martín Alonso Pinzón: “vacaciones”, “no se separo de él”, “buscando alivio”, “podía haber vuelto a España sin él”, “no le había hecho traición”, “se había tomado unas vacaciones y volvía a ponerse bajo la autoridad de su jefe”, etc. Y lo inflexible hacía Cristóbal Colón: “represión de su personalidad que Colón le imponía”, “amargos recuerdos”, “pasiones fogosas y explosivas”, “frialdad”, “rechazó con altivez una oferta de”, “tuvo la satisfacción”, “venganza”, etc.



Parece como si Madariaga hubiera estado en el viaje y conociera los sentimientos más íntimos de sus protagonistas. Pensamientos y actos que tienen la benevolencia o inflexibilidad particular del autor.

Siendo extranjero genovés, parece, está permitido este antagonismo hacía Colón.


Y referente a la nacionalidad de Cristóbal Colón, estoy de acuerdo en dos terceras partes de la tesis de Madariaga. Él escribe que era “judeo-hispano-genovés”. Yo pienso que era “judeo-hispano”.



Con las diferencias de criterio en los análisis a hechos acaecidos, ¿es cierta la historia y personalidad de Cristóbal Colón?




“…es mejor resultar herido por la verdad que consolarse con la mentira”. Khaled Hosseini.. Cometas en el cielo. Pg. 69.





* p. 315. Vida del muy magnífico señor don Cristóbal Colón. Salvador de Madariaga

** pgs. 321-322. Salvador de Madariaga

*** p. 326. Salvador de Madariaga-




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