miércoles, 29 de junio de 2011

Portugal, un hermoso país tan cerca y tan lejos




Julia Sáez-Angulo



A los españoles, en Portugal nos llaman “la invasión” porque somos muchos y llenamos sus sitios turísticos con nuestra presencia, pero los portugueses son, en principio, corteses y pacíficos con los visitantes, aunque puedan ser con frecuencia serios, reservados y distantes. Esta actitud, les viene de lejos, de una educación sostenida y acendrada en que los manuales escolares presentaban y, quizás presenta todavía, a España como un país vecino, invasor y agresor a lo largo de su historia. Esto cala como la lluvia fina en las conciencias de los niños portugueses y no se olvida jamás; permanece en su conciencia colectiva como un estigma.

Las batallas de Guada Azalvir y Aljubarrota se prenden como cicatrices en el espíritu de “lembranza” del portugués y sabe que, con la primera perdieron su independencia y pasaron a la corona de Castilla, mientras que, en la segunda, vencieron honrosamente a los españoles con su célebre condestable Nuno Alvares Pereira a la cabeza, personaje recientemente beatificado en Roma – su efigie se ha representado últimamente con profusión por el escultor portugués Moisés Preto Paulo y eldibujante español Juan Jiménez.

Dicho esto, sólo cabe decir que españoles y portugueses estamos llamados a entendernos más allá de sostenidos “malentendidos” alimentados de manera oportunista por libros y políticos irresponsables. El escritor Nobel José Saramago hizo caso omiso al dicho portugués: “De España ni viento ni casamiento” y contrajo matrimonio con Pilar, la sevillana que traducía su obra al castellano. Ambos residían en la isla de Lanzarote. Poco antes de morir, el escritor –investigado por la Hacienda de España y Portugal por dejar de pagar impuestos- declaró que España y Portugal debieran de estar unidas de una vez en lo político. Sus declaraciones desencadenaron una catarata inmensa de reacciones, sobre todo populares –otra vez el inconsciente colectivo que apuntara Jung- en el país luso y fue calificado de hispanófilo y españolizado. España y Portugal están hoy unidas por la “no-frontera” de la Comunidad Económica Europea.

Portugal es un pequeño gran país de diez mil habitantes (al igual que el Líbano), con una historia llena de notorias gestas, sobre todo de sus navegantes que ampliaron fronteras más allá de los océanos. El país acoge esta historia de su luminoso pasado en grandes palacios, iglesias y grandes edificios civiles, que hoy se abren con orgullo a los visitantes, entre ellos a los centenares de turistas españoles que cada día llegan a su territorio.

De Sintra y Lisboa a Mafra y Batalha

Sintra en una montaña “mágica” por la magnificencia de sus árboles centenarios que componen un soberbio parque natural en el que se engarzan sucesivos palacios y casas señoriales, entre los que destacan el palacio da Pena, el de la Vila, el de los Moros, el de los Siete Aires... Si uno es bello, el otro le supera en algún aspecto. El recorrido por Cintra es algo que no deber perderse un visitante, después de haber recorrido la capital, Lisboa, con su encanto de barrios como el Chiado o el de Alfama, sin dejar de visitar sus impolutos museos –muy bien rehabilitados con la moderna museografía- como los de Arte Antiguo o los de Arte Contemporáneo, sin olvidar las espléndidas Fundaciones Gulbenkian o Vieira da Silva.

En Portugal hay que dejarse sorprender por un recorrido pausado y lento por el territorio para visitar monasterios gigantescos y bien alhajados como el de Mafra o Batalha; para visitar el célebre lugar mariano de Fátima, la elegante Oporto o el cálido y sureño Algarve. El océano baña las costas de Portugal y ese mar abierto ofrece unos vientos inmejorables para practicar el surf en playas como el Guincho.

Portugal es mucho Portugal, nuestro país vecino tan cerca y tan lejos, todavía con corazones afectados por la soterrada propaganda en contra de sus rancios manuales de historia, que se manifiesta a veces en recibimientos serios o adustos de los portugueses. Ni la arrogancia ni el resentimiento favorecen las cosas. Paciencia, después de todo, los portugueses son un pueblo cortés que nunca será desabrido y Portugal bien vale más de dos visitas, máxime estando tan cerca de España.

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1 comentario:

JOSE AUGUSTO dijo...

Cintra no és correcto,pero si (Sintra) Algarbe tampoco, és(Algarve),Oporto és (Porto) etc etc los Castellanos siempre habeis tenido la mala costumbre de cambiar todo a vuestro antojo,un poco de respecto y mas informacion sobre Portugal es lo que necesitamos en España,un saludo de un Lusitano.