jueves, 30 de junio de 2011

Marcos Marín, brasileño residente en Mónaco, expone en Lisboa


Marcos Marín
Pintura y Escultura
Galería Espaço Arte Livre
65, Avenida de Liberdade
Lisboa. Junio-Julio, 2011





Julia Sáez-Angulo



Artista entre óptico y cinético, Marcos Marín (San Francisco de Paula, Rio Grande do Sul , Brasil, 1970) es un artista de éxito como retratista entre personajes célebres o famosos. Desde el príncipe Alberto de Mónaco y su futura esposa –que lo han invitado a su boda- hasta el diseñador Pierre Cardin, el brasileño dibuja con su peculiar estilo los rostros de los modelos a base de dejar la esencia del rostro y la figura de aquellos. Marín expone actualmente en la galería Espaço Arte Livre en Lisboa, dirigida por Malú Ferreira.

Hijo de padre español y madre brasileña, los próximos proyectos de Marín son dos esculturas de aluminio y hierro sobre el rostro del escritor francés Jean Cocteau para la ciudad de Villefranche en la Costa Azul o la que representa al premio Nobel portugués José de Saramago para una exposición itinerante. El artista sabe en todo momento que poner y que quitar del plano para dejar una composición esencializada en la que fácilmente se reconoce al personaje. Una suerte de figuración/abstracción de gran efecto óptico, auténtica revelación en el circuito artístico internacional.

Con ciertos guiños al pop y, en concreto a Andy Warhol, Marín ha retomado iconos reconocibles del mundo del cine, de la canción o del espectáculo como Marilyn Monrroe, Audry Hepburn, Alain Delon, Romy Schneider, Alfred Hitchcock, Sofía Loren, Jacques Brell, Amalia Rodrigues, Sarah Bernard, Brad Pitt, Pavarotti y otros, para que la imagen sea reconocible y aceptada por un gran público que, de inmediato se fija en la habilidad plástica la presencia y ausencia vertical del material de base, así como de los ritmos geométricos con que lo dota. El resultado viene a ser en muchos casos como el negativo singular de una fotografía.

Marcos Marín reside en Mónaco, privilegio que muy pocos pueden obtener, ya que se exigen condiciones tales como abrir una cuenta corriente con un mínimo de treinta y cinco mil euros, pagar una elevada tasa por la residencia y garantizar unos ingresos igualmente mínimos cada mes. Artista de éxito, el artista brasileño cuenta con todos ellos, además de la simpatía de palacio o, lo que es lo mismo, de los Grimaldi. Para obtener la nacionalidad monegasca –algo que no sé si está en sus deseos- se exige una residencia continuada de cuarenta años.

La galerista Milú Ferreira fotografiada por Marcos Marín, así como su hija Sarah, está orgullosa de contar con este artista brasileño en su nómina. La inauguración en su Espaço Arte Livre se llenó de velas, luz y fiesta entre los muchos invitados del mundo de la cultura que acudieron a celebrarlo. La exposición anterior en la misma galería fue la de Rui Perdigao.

Marcos Marín se encuentra en las mejores colecciones de Brasil, Miami y Francia, así como en diversos museos de los Estados Unidos de América como el de Boca Ratón en Florida. “No me interesa estar sólo en las colecciones o museo especializas en arte latinoamericano”, confiesa el autor, “me gusta figurar en museos más amplios e integradores.

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