viernes, 27 de agosto de 2010

Bicentenario de Chopin de la mano de la Embajada de Bosnia-Herzegovina




Julia Sáez-Angulo


El centenario del músico polaco Federico Chopin (1810 – 1849) se está celebrando en numerosas instituciones europeas. La Asociación de Amigos de la Música, los Museos y las Casas Palacio en colaboración con la Embajada de Bosnia Herzegovina y la Dirección General de Asuntos Europeos han organizado en Madrid un gran concierto de memoria y homenaje al músico, por la pianista Djurdjica Kovalj nacida en Bosnia. La intérprete fue muy aplaudida.

El acto tuvo lugar en el histórico edificio neo-mudejar de la capital de España del siglo XIX, restaurado por la Comunidad de Madrid, hoy Instituto Homeopático y Hospital de San José, situado en la calle Eloy Gonzalo. Este edificio decimonónico, junto a las conocidas Escuelas Aguirre, hoy Casa Árabe, constituyen los dos ejemplares más sobresalientes del estilo historicista neo-mudejar en Madrid.
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La presidenta de la C.A.M. Esperanza Aguirre inauguró a primeros de 2010 la gran rehabilitación llevada a cabo en el edificio del Hospital de San José, declarado de Bien de Interés Cultural, en la categoría de monumento en 1997

En el concierto conmemorativo de Chopin se interpretaron tres mazurcas (un género musical que se hizo con el tiempo muy madrileño), tres nocturnos, tres valses, dos scherzos, un preludio y una “berceuse”.

Estuvieron presentes, entre otros, la embajadora de Bonia en España, Zeljana Zovko; el Director General de Asunto Europeos, Antonio González Perol, y el presidente de la Fundación Homeopática, así como los embajadores y representantes diplomáticos de Austria, Croacia, Polonia y Letonia. También Sor Nedia y sor Teodora, Hermanas de la Caridad, que trabajaron largos años en el Hospital de San José.

La grandeza de Chopin

Federico Chopin es uno de los grandes compositores musicales europeos y su vinculación con España se debe fundamentalmente a su estancia junto a la escritora francesa Georges Sand en la cartuja de Valdemosa en la isla de Mallorca, hoy convertida en Casa-Museo, donde se muestran el piano, objetos, libros, cuadros y recuerdos interesantes de ambos creadores. El Museo Romántico de París también conserva varias salas con evocaciones románticas de la pareja.

Chopin representa el romanticismo más puro en la música. Además de compositor fue un gran intérprete al piano; dominaba la técnica y el refinamiento estilístico. Su cuerpo se encuentra en el cementerio del Padre Lachaise de París; de él se conservan varias mascarillas mortuorias así como algunos moldes de sus manos.

El pintor francés Delacoix le hizo un retrato inacabado, pero se conocen diversas fotografías y dibujos del compositor, así como varios monumentos en parques y jardines, como el del parisino parque Monceau.

Polonesas, mazurcas, valses, scherzos, preludios y numerosas fantasías... hacen de la obra de Chopin una de las más atractivas a la hora de interpretar, sobre todo al piano. Los festivales de música dedicados a Chopin se suceden por el mundo, entre ellos en Valdemosa durante el verano.

Los conciertos en casas-palacios de Madrid están adquiriendo un gran prestigio por el acierto en la programación y lugares, promovidos por la citada Asociación de Amigos de la Música. El Museo Romántico es sede frecuente de sus conciertos.












martes, 24 de agosto de 2010

“Figura Cúbica” en el Patio de Carruajes de las Cocheras del Rey en El Escorial



Julia Sáez-Angulo


Las Cocheras del Rey situadas no lejos del monasterio de El Escorial ofrece siempre dentro de sus salas-museo, alguna exposición interesante. Recientemente ofreció la titulada “El Escorial, Ojo del Mundo Entero”, de la que permanecen importantes piezas en sus fondos.

El museo Cocheras del Rey presenta de modo permanente la muestra “El Escorial a paso de herradura”, un conjunto de más de 500 piezas históricas y evocadoras de un tiempo de esplendor y poder. Todo el museo es obra del arquitecto Pedro Martín.

La gran novedad es la gran “Figura Cúbica”, escultura situada en el centro del Patio de Carruajes, que reconoce la conjunción genial de una serie de personajes como el rey Felipe II y el arquitecto Juan de Herrera para concebir y apoyar uno de los monumentos más grandes, sobrios y hermosos de la creatividad humana, que ha merecido el reconocimiento de patrimonio de la humanidad por la Unesco: el monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

“La dimensión y proporciones de la céntrica escultura “Figura Cúbica”, quedan fijadas y asentadas por el montaje de una figura de cuerpo entero y a tamaño natural realizada por Esteban Ortego en hierro, granito y metal, representando al arquitecto Juan de Herrera”, se explica en el museo.

En contraste con la fortaleza y grandes medidas de la “Figura Cúbica” se expone, ya en el interior, una delicada pieza de orfebrería en bronce, obra de Sebastián Solar, trabajada en alto relieve siguiendo los modelos de las figuras del Cenotafio de Felipe II por Pompeyo Leoni (1600), situado en el altar mayor (en el lado de la Epístola) del monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Para los organizadores, esta “Figura Cúbica” ordena el espacio del Patio de Carruajes como lugar confortable para exposiciones y exhibiciones al aire libre, además de las salas interiores.

Napoleón, gran depredador de El Escorial

La exposición anterior a “El Escorial, Ojo del mundo entero”, fue el memorial de la invasión napoleónica del monasterio escurialense, donde saquearon por completo sus riquezas de acuerdo con las instrucciones claras que traían de París. El ejército francés fue depredador al máximo y el gran azote del patrimonio histórico-artístico en España.

El general Murat fue un “auténtico genocida”, al decir en su día de la presidenta Esperanza Aguirre, puesto que proclamó un bando en el que se dijo que todo madrileño que llevara un arma blanca en su bolsillo –algo habitual en la época, simplemente para comer- sería pasado por las armas.

La noble villa de El Escorial tuvo a raya al ejercito napoleónico en su deseo de que no invadiera el célebre monasterio la codicia francesa.




lunes, 23 de agosto de 2010

Sabrina Fernández y Adrián Sánchez, sublimes en baile flamenco del Corral de la Morería






Sabrina Fernández y Adrián Sánchez
Tablao Flamenco
Corral de la Morería
Morería, 17. Madrid





Julia Sáez-Angulo

Sabrina Fernández y Adrián Sánchez son las estrellas que actúan esta temporada en el Corral de la Morería, el tablao más importante de Madrid y más célebre del mundo, de acuerdo con el libro “Mil lugares que uno no debe perderse antes de morir”, de Patricia Schultz, periodista del “New York Times”. El libro se ha traducido al español.

Rigor, profesionalidad y embrujo son la clave de la programación en el Corral de la Morería. Una cena-espectáculo o una simple consumición-espectáculo en su sede, junto al viaducto madrileño, es una experiencia que difícilmente se olvida. Es una emoción estética que trasporta a la belleza del baile, del cante, del taconeo, de la mirada de los cuerpos y sus resistencia en el tablao.

Gallega de nacimiento, Sabrina Fernández creció en Argentina donde comenzó sus estudios de Danza Española. Regreso a España para especializarse en flamenco de la mano de Merche Esmeralda, La China, Manuel Liñan y Paco Pozo, entre otros. Ha formado parte de la compañía de Rafael Aguilar, y junto a él ha presentado por todo el planeta “Carmen” y “Yerma”. También estuvo junto a Carmen Cortés interpretando “ Mujeres de Lorca” en la Bienal de Sevilla, en el Flamenco Festival London, y en el Festival Flamenco Pa`Tos de Pekín. Ha pasado por varios tablaos flamencos y actualmente escribe su propia trayectoria en le Corral de la Morería.

Sabrina sabe mover la bata de cola como nadie para atrás, para un lado, para otro; cola larga o recogida para mostrar las piernas y la sutiliza de los pies en el baile. Su perfil de boca dentada se deja esculpir en una figura de negro, primero, y turquesa, después. Un taconeo que atrae. Tacones y palmas en una conjunción de sonidos secos y hermosos, que retan la resistencia del cuerpo y del espíritu. Sabrina seca y sublime como una vestal en ocasiones; sensual y cálida en otras. Manos elegantes. Artista siempre en el tablao. Intensa en el sentir del flamenco. Momentos sublimes. Arrebata los aplausos. Una dedicatoria final y afectiva a su abuela que está en el Corral de la Morería la noche del viernes.

Un bailaor brioso nacido en Córdoba

Adrián Sánchez nació en Córdoba en 1982. Con diez años ingresa en el Conservatorio Profesional de Córdoba “Luis del Río”. Ha estudiado con maestros como Norio Yoshida, Eduardo Serrano “El Güito”, Rafael Campillo, José Antonio y Andrés Marín, entre otros. Además de bailaor ha colaborado en el montaje de varios espectáculos, como “Bodas de Sangre” de Antonio Gades y “Leyenda” bajo la dirección de José Antonio. Ha compartido escenario con algunos de los más importantes bailaores y bailaoras del momento. Entre 2004 y 2005 participó en el rodaje de Iberia de Carlos Saura.

Joven, brioso, con ganas de entrega y de agradar. Presumido, en negro y corbatas rutilantes en verde o rosa. Como un torero. Zapatos relucientes de charol. “Antonio Banderas y tú”, le jaleó un cantaor. Taconeo firme, resistente, artístico, sentido, con arrogancia y desplante final. “Claqué español” decía un turista británico. Olés y bravos brotan en cascada.

La noche cuenta con la presencia de un entendido grupo de franceses: la escritora Françoise Evenou, de origen español, que practica como alumna constante el baile flamenco en París; Philipe Evenou, su esposo, doctor en Cirugía Plástica; Jerome Mendiela y Laila. Todos se entusiasman, aplauden… Françoise lanza “Olé” cuando se roza el climax de la perfección

Delante de la actuación de Sabrina y Adrián, un elenco de bellas bailaoras que ayudan con su estilo joven y alegre a meterse en el flamenco: Raquela Ortega, María Carretero y María Fernández. Ojos felinos, gitanos y morunos, respectivamente. Cuerpos hermosos que invitan a la contemplación y al embeleso de la danza, con un vestuario que va del negro y rojo a los clásicos lunares.

Guitarristas: Antonio “El Muñeco”, Felipe Maya y Paco Navarro. Cantaores: Jesús Álvarez (¡espléndido!), Antonio “Yeyé de Cádiz” y Julio Gabarre, cada uno con timbre de voz diferente para dar palabra cantada y jalear a los artistas. Unas letras que hablan de entrega, pasión, amor y muerte. ¡Flamenco puro!