sábado, 17 de octubre de 2009

Fantin-Latour en la Fundación Thyssen-Bornemisza

Fantin Latour (1836 – 1904)
Fundación Thyssen-Bormenisza. Madrid
Paseo del Prado, 6
Comisario: Vincent Pomarède
Del 29 de septiembre al 10 de enero de 2010



Julia Sáez-Angulo

Se trata de la primera muestra de este artista francés en España, en las salas de la Fundación y Museo Thyssen-Bornemisza en Madrid. Henri Fantin-Latour (1836-1904), discípulo del gran Courbet, como artista tuvo un talante conservador en sus planteamientos pictóricos y no quiso sumarse a los planteamientos impresionistas del momento, por lo que los nombres de Degas, Whistler y sobre todo Monet, lo eclipsaron. La infanta Pilar de Borbón, la baronesa Thyssen y la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde recorrieron la muestra el día de su inauguración.

Un total de 70 piezas, entre pinturas, dibujos y grabados procedentes de distintos museos e instituciones, que revelan el gran amor que el pintor tenía a la música, lo que se tradujo en cuadros homenaje a algunos de los compositores de su admiración.

Retratos, alegorías, fantasías musicales, naturalezas muertas y flores constituyen el grueso de la exposición, ciertamente interesante pero con certero perfume decimonónico sin modernidad alguna. Fantin-Latour no hizo retratos ampulosos de la gente notable de su tiempo, salvo el célebre de los poetas que preside la exposición, en el que aparecen Rimbaud y Verlaine (1872) que se encuentra en el Museo d´Orsay de París.

El personaje central del citado cuadro de los poetas iba a ser Baudelaire, pero una disputa en el mundo literario parisino le hizo cambiar el concepto y derivó en homenaje a la “nouvelle vague”. Fue, en definitiva, un homenaje a la literatura. En el cuadro un florero lateral que parece reemplazar al deseado poeta ausente.

Los apartados de la exposición son: Autorretratos; En el Louvre; La mesa aderezada; La lectura; Retratos; Rosas tardías y Alegorías musicales y poéticas. La muestra se ha hecho en colaboración con la Fundación Calouste Gulbenkian, que la ha exhibido durante el verano.

Emile Zola, escritor de su tiempo dijo de los cuadros de Fantin-Latour: “no provocan una atracción inmediata; es necesario observarlos detenidamente, introducirse en ellos para que su conciencia y la sencillez de su verdad no atraigan completamente y nos atrapen”. Ciertamente Fantin-Latour no despierta grandes pasiones, pero su pintura está bien hecha y emana el perfume de su época.


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